Un piercing infectado debe recibir el tratamiento adecuado, no siempre implica la extracción del piercing, la cura de la herida y volver a dejar cicatrizar.
Si lo tratamos a tiempo, curar un piercing infectado es relativamente sencillo. Tan solo hace falta limpiarlo entre 2 y 3 veces al día con alguna solución salina.
Por supuesto, podemos aprovechar algunos "aliados" complementarios, sobre todo si se trata de productos naturales como el gel puro de aloe vera.
Uno de los principales motivos por el que aprovecharlo es el efecto antiinflamatorio del aloe, que nos ayudará a remitir la hinchazón rápidamente.
Además, la sábila también tiene propiedades antisépticas que son muy útiles en estos casos porque pueden contrarrestar síntomas de la infección y evitar que se agrave.
Puedes utilizar directamente el gel o, dependiendo de la zona donde esté el piercing y de tus preferencias, también es posible aprovechar una pastilla de jabón de aloe vera y un poco de agua.
Simplemente tienes que aplicar el producto sobre la herida y mover el piercing durante un tiempo para que se limpie correctamente tanto por dentro como por fuera.
Obviamente, no tienes que esperar a que el piercing esté infectado para cuidarlo. Es más, el uso de aloe vera se aconseja desde el primer momento, ya que puede ayudar en la cicatrización de la herida y a evitar que aparezca cualquier tipo de infección.
Además es recomendable siempre tocarse el piercing con las manos limpias. Para ello puedes aprovechar también el jabón de aloe vera que incluye además glicerina, aceite de coco y un perfume sin alérgenos.
Por lo general, el piercing inicial está fabricado con unos materiales óptimos para evitar la aparición de infecciones y alergias. Después puede cambiarse por aquél que estéticamente te agrade más.
Un consejo habitual en estos casos es que siempre optes por joyas que sean de calidad, ya que su probabilidad de infección y reacción de la piel es menor. Sin embargo, en la práctica lo importante es que vayas conociendo los materiales que sean más compatibles con tu piel. Hay personas que no aguantan el oro o que al mínimo contacto con la plata notan picor.
Tienes otras opciones alternativas como el titanio, el acero quirúrgico y muchas más aleaciones que pueden ser idóneas para ti. Conocer tu cuerpo y cómo reacciona tu piel a cada material, te ayudará a tomar la elección correcta.
Por último, mantén precaución en la zona del piercing. Evita la exposición solar directa y usa ropa holgada, que no pueda causar irritación sobre la piel por estar demasiado ajustada.
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