Jabón elaborado a base de aceite de coco, aloe vera, glicerina y perfume sin alérgenos. Fabricado artesanalmente en frío. Produce un efecto calmante y regenerador. Ideal para la limpieza facial, en el uso del afeitado, para pieles sensibles y delicadas.
El jabón de aloe para el cuerpo es un excelente complemento de tu higiene diaria, que se caracteriza por crear una gran cantidad de espuma, cuando entra en contacto con el agua y lo frotamos con la piel. A pesar de su forma compacta, conseguida gracias a la unión con glicerina, el jabón de aloe vera produce un efecto calmante y relajante cuando se aplica sobre nuestro cuerpo.
Tanto para el cuerpo, como jabón de aloe para las manos, aporta siempre el inconfundible aroma del aloe vera, agradable y fresco, que te acompañará durante el resto del día.
Aprovecha también el jabón de aloe vera para la cara y deja que los nutrientes naturales de esta planta actúen contra las impurezas del rostro, aporten su hidratación natural a tu piel y te ayuden a conseguir un efecto rejuvenecedor sorprendente.
- Glicerina: Humectante
- Aloe Vera: Hidratante y regenerador.
Las propiedades del jabón de Aloe Vera son muchas y derivan directamente de los nutrientes naturales que tiene la planta, preservados en este accesorio de tu higiene diaria.
Aprovecha ahora los beneficios del jabón de aloe vera, cuando te duches, te laves las manos o la cara o en cualquier momento en el que desees disfrutar de sus muchas ventajas.
Entre las propiedades del jabón de Aloe Vera más destacables, están sus capacidades hidratantes y calmantes.
Conserva el poder regenerador del aloe natural.
Compaginado con sus propiedades hidratantes, el jabón de aloe para el cuerpo es un irresistible complemento que no solo te ayudará en la limpieza diaria, sino que además aporta hidratación y protección a todo tu cuerpo.
Además, también produce una gran relajación, gracias a que el jabón de aloe se caracteriza por soltar mucha espuma cuando contacta con el agua. Ideal para ese baño relajante que esperas disfrutar después de una larga jornada.
Humedecer la piel y aplicar el jabón sobre ella con los dedos, realizando movimientos circulares. También puede utilizarse un cepillo suave para su aplicación. Posteriormente, aclarar con agua.