Considerada como la marca de perfume más antigua del mundo, el agua de colonia es una combinación de diferentes aceites diluidos en alcohol etílico.
La primera referencia a este producto tuvo lugar en el siglo XVII por Juan María Farina y, hasta la fecha, la receta original se ha mantenido bajo una composición que conserva hasta un 8% de aceites esenciales.
A diferencia del agua de perfume, la de colonia es la que menor concentración de alcohol posee, por lo que es la más adecuada para niños y bebés. Al contener aceites extraídos directamente de la planta, el agua de colonia es ideal no solo para asegurar una perfecta hidratación, sino también para aportar el factor aromático deseado.