El estrés, una mala alimentación, alergias alimenticias… Son muchas las causas que pueden provocar la presencia de aftas, también conocidas como úlceras aftosas, unas lesiones que aparecen en los tejidos más superficiales de la boca.
A diferencia del herpes labial, el afta no es contagioso, si bien sí puede ser muy doloroso y suponer un problema a la hora de comer e incluso hablar.
Usual entre algunos adolescentes, el afta puede durar hasta dos semanas después de su aparición, por lo que se recomienda cuidar la alimentación, vigilar el estrés y fomentar el uso de determinados productos naturales para reducir la molestia.