Tras su eclosión en la década de los 90, el ácido hialurónico se ha convertido en un aliado cosmético único. A diferencia de otros productos extraídos de la naturaleza, este componente procede de nuestro mismo cuerpo, ya que el mismo se encuentra ubicado en nuestros cartílagos, piel, articulaciones e incluso en nuestro cordón umbilical.
El principal beneficio del ácido hialurónico es su alta capacidad para retener el agua en un porcentaje superior a nuestro peso. Por este motivo, se emplea de forma más que extendida como hidratante, ya que ayudar a reconstituir las fibras que hilan los tejidos de nuestra piel. Además de su uso cotidiano, se trata de un extracto ideal para personas deportistas, especialmente atletas.