La vid fue una de las primeras plantas cultivadas por el hombre, siendo utilizada con diferentes fines medicinales a lo largo de los tiempos.
Y si bien la uva es un fruto conocido por todos gracias a su uso comestible o su importancia en la producción de vino, lo cierto es que su importancia cosmética es cada vez una realidad menos secreta. En este caso, las famosas pepitas del fruto son las que conforman un aceite especial que contiene numerosas propiedades para nuestra piel.
Gracias a su alto contenido de ácidos grasos polisaturados, ayuda a estimular el colágeno, permitiendo ralentizar el temido envejecimiento celular. Enfocado para pieles grasas con tendencia a la aparición de acné, el aceite de pepita de uva supone un aliado único a la hora de mantener una piel firme y nutrida, especialmente aquellas más sensibles o delicadas.