En la protección de la piel, un valor en el que tenemos que fijarnos muy bien es el fototipo. Hay hasta 7 tipos diferentes y cada uno tiene sus propias peculiaridades.
El
factor de protección para la piel dependerá en buena medida del
fototipo de piel, así como del tipo también el tipo de bronceado, el color de la piel, el color del cabello y el riesgo inherente de sufrir más o menos quemaduras solares.
¿Qué son los fototipos de piel?
El fototipo es la capacidad que tiene la piel para asimilar la radiación solar, es decir, el conjunto de características que posee una piel para broncearse o no y cómo lo va a hacer.
Los fototipos de piel se basan en la clasificación de Fitzpatrick. Hoy en día sigue siendo la más utilizada para diferenciar los tipos de piel con fines de investigación dermatológica.
Siguiendo los patrones indicados en esta clasificación es fácil conocer el fototipo de piel que se posee. No obstante, también hay factores vinculados que deben tenerse en cuenta como los siguientes:
- Aparición de pecas durante el verano.
- Un color de piel que es lechoso o blanco en invierno.
- El brillo de la piel según sea opaco o mate.
- El color que se obtiene al broncearse, ya sea dorado, moreno, etc.
- Aparición de eritemas al poco tiempo de exposición solar.
- Aparición de eritemas al cabo de días de exposición solar.
- Antecedentes genéticos.
- La edad.
- Frecuencia de quemaduras solares.
- Fotosensibilización por consumir ciertos alimentos o medicamentos.
Clasificación de los fototipos de piel
La última actualización de la clasificación de fototipos de piel amplió los niveles hasta 7 diferentes, empezando por el más bajo de todos. Los repasamos a continuación:
Fototipo 0
El fototipo 0 es el menos frecuente y lo tienen las personas albinas. Se asocia a las personas que, por un problema genético, no tienen capacidad de sintetizar melanina.
Tienen la piel muy blanca, el pelo blanco o amarillento y el iris blanco o rosado. También presentan una alta sensibilidad a la exposición solar, por lo que pueden sufrir fácilmente quemaduras solares.
Estas personas
deben usar el máximo factor de protección posible, evitar esa exposición directa y tener en cuenta que no van a poder broncearse igualmente.
Fototipo I
El fototipo I es el que tienen las
personas pelirrojas. También tienen la piel muy clara y sensible a la exposición solar. Se pueden broncear muy levemente, pero es alto el riesgo de que sufran quemaduras solares. Además, se caracterizan por tener el cabello rojo o anaranjado.
Fototipo II
Las personas rubias con la piel clara tienen fototipo II. Pueden obtener un ligero bronceado, pero también presentan alta facilidad para quemarse.
Para estas personas el factor de protección propuesto no debería bajar del nivel 30 y es recomendable dosificar el tiempo de exposición.
Fototipo III
El fototipo III puede asociarse a personas rubias o con pelo castaño. Igualmente pueden tener la piel clara y oscura.
Este fototipo consigue una mayor protección frente a la exposición solar, sin embargo es imprescindible comenzar con un factor de protección alto e ir reduciéndolo conforme el verano se termina y la piel está más bronceada.
Respecto al bronceado que pueden conseguir es de tonalidades doradas, pero nunca debe subestimarse el daño que puede hacer la radiación ultravioleta si pasamos demasiado tiempo expuestos a ella, incluso con protección adecuada.
Fototipo IV
Las personas que presentan tanto cabello como piel de tonalidad oscura se enmarcan en el fototipo IV.
Las características de este tipo de piel permiten obtener un bronceado con relativa rapidez y no suele sufrir quemaduras solares.
Una persona debería comenzar su bronceado con un fototipo de tipo alto, pero ir reduciéndolo hasta 15 o 20, conforme su piel esté más bronceada, algo que conseguirá en pocos días.
Fototipo V
El fototipo V recibe el nombre de "mediterráneo". Cuentan con él las personas de piel oscura que casi nunca sufren quemaduras del sol y que también se broncean muy rápidamente.
Fototipo VI
Las personas con el fototipo VI tienen la piel negra y su tolerancia a la exposición solar es altísima. Obviamente su necesidad de protección frente a la radiación ultravioleta es la más baja de todas y su reacción de pigmentación es inmediata, además no se queman nunca.