Es una alteración bioquímica del cerebro, debido a una producción excesiva de radicales libres, a una reducción de los sistemas antioxidantes, o a una combinación de ambos. Esto genera un desequilibrio en nuestras células, que con el tiempo puede dañar nuestros tejidos. Las consecuencias de este padecimiento son un deterioro físico y mental.
- Dieta
baja en antioxidantes: Provocado por el escaso consumo de frutas y verduras o
un abuso de carnes rojas, bollería industrial o alcohol.
-
Ejercicio físico de alta intensidad: Con él aumenta la oxidación celular, y
como consecuencia lo harán también los radicales libres, al ingerir más
proteína animal para recuperarnos.
- El
entorno: Varios estudios demuestran que existe una relación directa entre
polución y estrés oxidativo, que puede manifestarse en forma de arrugas
prematuras, manchas o acné.
- Los malos hábitos: El tabaquismo, activo o pasivo, así como el consumo de drogas y alcohol son otros de los causantes del aumento de los radicales libres.
- Piel
envejecida prematuramente: Tu organismo empieza a fallar y la piel es la
primera en dar señales de alarma.
-Tensión
alterada y pérdida de fuerza muscular: Empiezas a notar arritmias y cansancio
- Pérdida
de memoria y calidad mental: Los olvidos son cada vez mayores y más frecuentes,
y tu mente trabaja a un ritmo más lento de lo habitual.
-Rigidez en las articulaciones: Éstas ya no son tan flexibles, ocasionando ciertos problemas de movilidad.
El estrés oxidativo puede ser el inicio de distintas enfermedades crónicas, como el Alzheimer o el Parkinson, de ahí que sea fundamental su prevención. En este sentido, el aloe puede ser un buen aliado, ya que es rico en vitaminas A, B1, B2, B6, B12, C, E, ácido fólico y niacina. Todo ello contribuye a mejorar la oxigenación, la circulación de la sangre y todo el sistema inmunológico, ayudando a reducir el estrés oxidativo y a mejorar nuestras defensas.
Concretamente
es el néctar de la flor del aloe vera la que protege con su efecto
antioxidante las células de la piel, neutralizando los radicales libres.
Cada flor tiene varios sépalos que contienen el néctar antioxidante, que se ha
convertido en los últimos años en un ingrediente clave en los productos cosméticos
antienvejecimiento. Además, es fuente de minerales como el cobre, el hierro, el
calcio, el zinc y el magnesio.
Por tanto, el aloe una vez más, no debe faltar en tu dieta diaria, en este caso para disminuir el estrés oxidativo, debido a las numerosas propiedades antioxidantes que tiene esta planta milagrosa.