La dermatitis atópica consiste en un eccema o
sarpullido en la piel que generalmente aparece en la infancia, aunque realmente se puede sufrir a cualquier edad.
Normalmente se presenta con picazón, la piel seca y agrietada, erupciones en la piel, así como también pequeñas protuberancias, piel engrosada o incluso oscurecimiento de la zona que está alrededor de los ojos.
Se trata de una afección cutánea bastante molesta, que incluso
puede derivar en infecciones, por lo que su tratamiento debe aprovecharse cuanto antes. Para ello podemos usar productos naturales como el aloe vera que, gracias a sus propiedades, nos ayudará a combatir los síntomas derivados de la dermatitis atópica.
Causas de la dermatitis atópica
Un gran número de casos de dermatitis atópica se deben a herencia genética. Curiosamente no es una enfermedad contagiosa, pero sí que puede pasar de padres y madres a hijos e hijas. De hecho, si ambos progenitores la padecen, las posibilidades de que se herede son aún mayores.
Otra causa vinculada a la aparición de dermatitis atópica es el estrés. Aunque puede ser algo difícil, reduciendo su importancia podríamos disfrutar directamente de una desaparición progresiva de esta dermatitis.
Algunas alergias también pueden causar dermatitis atópica, derivada de la activación del sistema inmunitario, que provoca una inflamación. El objetivo en estos casos debe ser identificar la alergia en cuestión y poder ponerle remedio cuanto antes para que no vuelva a repetirse.
Otros factores que la provocan son los cambios de temperatura y la transpiración de la piel, ambos relacionados y que explican por qué cuando hace demasiada calor o si sufrimos cambios de temperatura importantes, este problema se presenta con mayor frecuencia.
¿Empeora la dermatitis atópica al cambiar de estación?
El exceso de calor puede ser una razón para que la dermatitis atópica haga acto de presencia, algo que obviamente sufriremos más cuando suban las temperaturas, como por ejemplo en verano.
Sin embargo, hay otras estaciones que también pueden empeorar la dermatitis atópica, en relación a la presencia del frío. Sobre todo cuando llega el otoño y el invierno.
En estas estaciones, la piel reduce las secreciones de sebo y la transpiración. En consecuencia, la piel se reseca porque tiene menores niveles de hidratación y su barrera de protección natural está debilitada.
Por eso, no solo es que la dermatitis atópica puede aparecer con mayor frecuencia o de forma más grave durante estas estaciones, sino que cualquier afección de la piel tiene mejores condiciones para desarrollarse.
¿Cómo cuidar una piel con dermatitis atópica?
Una piel con dermatitis atópica es realmente molesta y es importante tratarla cuanto antes. Identificar la causa concreta por la que aparece nos puede ayudar a reducir su presencia y evitarla en el futuro, pero también podemos cuidar de la piel mientras sufrimos sus efectos.
Los
geles de aloe vera pueden ayudarnos a conseguir alivio en la zona, sobre todo por las propiedades antiinflamatorias y calmantes de la planta.
Además, el aloe es un potente hidratante, que mejorará las condiciones de la piel ante la dermatitis atópica y cualquier otro problema cutáneo. Por eso es tan importante aprovecharlo no solamente cuando tengamos alguna molestia de este tipo, sino también en nuestra higiene diaria, para mantener nuestra piel con las defensas activas y sin riesgo de sufrir sequedad.
Otros consejos interesantes que puedes aprovechar para cuidar tu piel en caso de que sufras dermatitis atópica son los siguientes:
- A la hora de ducharte o tomar un baño no utilices agua caliente, usa en su lugar agua tibia y reduce el tiempo bajo el agua a unos 10 minutos.
- El limpiador que utilices es importante que no tenga alcohol ni fragancias, porque en ese caso podría agravar la sensación de irritación.
- Cuando te vayas a secar no te frotes la piel. Utiliza una toalla lo más suave posible y da pequeños toques sobre la piel para eliminar el agua.
- El gel de aloe vera lo puedes utilizar en cualquier momento del día, pero es muy recomendable hacerlo sobre todo cuando hayas salido de la ducha o la bañera y te hayas secado, pero con la piel todavía húmeda.
- En caso de que vayas a salir de casa evita la exposición directa al sol y aplica protección solar para no agravar los efectos de la dermatitis atópica.