Es conocido por todos que el
Aloe Vera aporta gran cantidad de beneficios tanto a nuestra piel como a nuestro organismo. El sol también es muy necesario en nuestras vidas ya que interviene no sólo en la síntesis de la
vitamina D, que es necesaria para el fortalecimiento de los huesos, sino que además de favorecer la recuperación de algunas enfermedades, mejora nuestro estado de ánimo. A pesar de ello, debemos tener mucha precaución a la hora de exponernos a él y siempre debemos hacerlo con protección solar.
Ahora que estamos en pleno verano es cuando más debemos cuidar tanto la protección como la
hidratación ya que con el calor y el sol la piel sufre una mayor deshidratación y descamación. Es aquí donde el Aloe Vera juega un factor importante, ya que es determinante una vez hemos expuesto nuestra piel.
El Aloe tiene una gran capacidad regeneradora. Lo que es fundamental si se han sufrido quemaduras solares. Además ejerce una acción calmante y se encarga de hidratar nuestra piel. El
gel de Aloe Vera tiene la capacidad de absorberse rápidamente y eso hace que sintamos un alivio casi inmediato.
El remedio perfecto
Además de tener poder anti-inflamatorio tiene la capacidad de ayudar en la
regeneración celular y
cicatrizante que es tan importante sobre todo durante el verano, época en la que se sufren quemaduras o exposiciones muy prolongadas al sol. El aloe también evitará la aparición de ampollas y descamaciones de la piel, algo bastante incómodas y antiestéticas que sucede cuando se producen las quemaduras.
Por otro lado, su uso ayuda a prolongar el bronceado y hace que nuestro tono de piel se mantenga moreno durante más tiempo. Por tanto, el uso de Aloe Vera puede sustituir sin ningún problema a cualquier loción de aftersun que nos apliquemos, ya que su acción será mucho mayor y más beneficiosa.