Un protector solar es un producto específicamente diseñado para
absorber o bloquear la radiación ultravioleta (UV) del sol. El principal objetivo que se persigue con esta acción es
proteger la piel de quemaduras solares y de enfermedades derivadas como el cáncer de piel.
No obstante, un protector solar
tiene más propiedades, ya que puede proteger de la aparición de manchas, de signos de envejecimiento prematuro como las arrugas, así como de sequedad.
Como
beneficios adicionales, el protector solar puede mantener por más tiempo una piel bronceada de forma natural y ofrecer una mayor hidratación.
Un protector solar puede haber sido diseñado de forma química, con elementos biológicos o puede ser un protector solar físico. También hay una
amplia variedad de productos para protección solar tales como crema, gel, aceite, leche protectora, protector solar en spray o de emulsión. En cualquier caso, lo más importante sobre el protector solar es escoger un factor de protección solar (SPF) apropiado para cada piel. Los niveles disponibles de SPF en un protector solar son los siguientes: 15 (para personas bronceadas o de piel muy morena); 20-30 (para personas con algo de bronceado, que pueden reducir el SPF conforme estén más bronceadas); 50 (para personas con piel blanca y tendencia a enrojecerse fácilmente); y 50+ (para niños y para personas con la piel muy blanca).