El pH consiste en un coeficiente con el que se mide el nivel de acidez de una solución de carácter acuoso. La medición puede ir desde el valor 0 (el más ácido) hasta el 14 (el menos ácido). En teoría el valor neutro es el 7, sin embargo cuando hablamos de un pH neutro en un producto cosmético es 5,5 porque es el que presenta nuestra piel.
Por tanto, un jabón con pH neutro garantiza que tiene un nivel de acidez equivalente al de la piel de un ser humano.
Nuestra piel cuenta con cierta acidez con el fin de evitar el crecimiento de gérmenes y ralentizar procesos de oxidación. Utilizar un jabón de pH neutro es importante porque así no alteramos esta y otras funciones de la piel.
Los productos naturales con un pH de entre 4,5 y 6 son los más adecuados para este cometido, en función de la parte del cuerpo que queramos cuidar. En el rostro el pH oscila de entre 4,7 a 5,75, mientras que en zonas más delicadas como las axilas o la región genital suele ser de 6,75.
Ante estas variaciones lo ideal es contar en nuestra higiene diaria con un jabón natural de pH neutro para todo el cuerpo y, en el cuidado específico de cada zona, con productos apropiados para las características de cada piel