La dermoabrasión consiste en una técnica de cirugía de rejuvenecimiento cutáneo, mediante un dispositivo de rotación rápida. El proceso consiste en eliminar la capa externa de la piel, para dejar crecer una nueva capa que normalmente es más lisa.
La técnica de dermoabrasión es utilizada para muchos fines, en general para mejorar la apariencia de la piel, pero también para tratar problemas específicos, sobre todo relacionados con los signos de envejecimiento.
Con la dermoabrasión es posible tratar cicatrices de acné, cicatrices tras una cirugía, manchas en la piel, pecas o incluso para extirpar lesiones precancerosas.
Por lo general es un proceso enfocado sobre todo al tratamiento en la cara y también sirve de complemento con otras técnicas, como el estiramiento facial, para obtener unos efectos de rejuvenecimiento más notables.
El tratamiento se puede hacer con sedación o con anestesia y puede aplicarse en una sesión o en varias, dependiendo de la extensión de la zona a tratar y de la profundidad de las cicatrices.
Se trata de una técnica quirúrgica relativamente rápida en su desarrollo, que permite recuperar una vida normal en dos o tres semanas, aunque recobrar el color de la piel en la zona tratada puede requerir unos meses de espera.