Durante los últimos años, la obsesión por lo “eco” o “natural” ha derivado en nuevas formas de concebir la industria cosmética. En primer lugar, todo producto ecológico debe estar certificado por un organismo que acredite sus beneficios y que estos posean un máximo de 5% de petroquímicos. En segundo, estos productos no deben haber sido testados en animales y respetar el medioambiente en todo momento. Por último, se aderezan con diferentes propiedades aromáticas y se fomentan unas propiedades consideradas más potentes que aquellas obtenidas a partir de procesos de elaboración más químicos.
Empresa beneficiaria de una subvención FEDER-REACT UE, destinada a la reactivación económica de las pequeñas y medianas empresas en Canarias como parte de la respuesta de la Unión Europea a la pandemia covid-19, destinada a mejorar la productividad y la competitividad.