Los ácidos grasos son componentes básicos que derivan de la grasa del cuerpo y de los alimentos ingeridos. Mediante el proceso de digestión las grasas se descomponen en ácidos grasos que se absorben por el torrente sanguíneo. Las moléculas de ácidos grasos se agrupan normalmente en triglicéridos, una molécula nueva que se forma de los carbohidratos obtenidos.
Los ácidos grasos son, por tanto, componentes que obtenemos principalmente de la alimentación y que tienen diversas funciones en el cuerpo, destacando la de almacenamiento de energía.
De la variedad de ácidos grasos existentes destacan sobre todo los saturados (presentes en alimentos de origen animal y aceite de palma o de coco); ácidos grasos insaturados (presentes en pescados azules y semillas); ácidos grasos monoinsaturados (presentes sobre todo en aceites de origen vegetal); y ácidos grasos poliinsaturados (se incluyen los ácidos Omega-3 y Omega-6).
Los ácidos grasos ofrecen múltiples beneficios para la piel, que han motivado también su presencia en el sector de la cosmética natural. El ácido graso Omega-3 tiene propiedades antiinflamatorias y fotoprotectoras. El ácido graso Omega-6 ayuda a preservar la barrera protectora de la piel. El ácido graso Omega-9 tiene unas propiedades humectantes y antiinflamatorias destacables, como el ácido ricinoleico. El ácido gondoico es ideal para pieles grasas o con tendencia al acné. El ácido láurico destaca por sus propiedades antimicrobianas.