Mucha gente tiene la costumbre de usar protector solar únicamente en verano y si va a zonas de alta exposición, como la playa. Sin embargo, el uso del protector solar debería hacerse diariamente, siempre de la forma adecuada, para conseguir la mejor protección posible de nuestra piel.
En primer lugar, debemos escoger un protector solar con un FPS (factor de protección solar) adecuado al tipo de piel que tenemos en ese momento, ya que en caso de que la tengamos bronceada necesitaremos uno distinto a si llevamos meses sin broncearnos.
Si usas protector solar con crema, aplícalo por toda la piel que va a estar expuesta con bastante generosidad, aunque en un suave masaje para que se extienda correctamente.
En la piel del rostro, aplica una cantidad equivalente a dos líneas extendidas en dos dedos y no dejes ninguna zona sin proteger. Acuérdate por ejemplo de aplicar sobre las orejas y detrás de ellas.
Si prefieres usar protector solar en spray aplica también de forma generosa por todo el cuerpo, a una distancia no superior a los 10 cm.
Respecto a cuándo debes usar protector solar, lo ideal es hacerlo al menos 30 minutos antes de la exposición y repasar cada dos horas. En caso de que te bañes o de que sudes bastante como cuando se está en verano en la playa, es mejor aplicar de nuevo cada 40 minutos.
Ten en cuenta también que secarte con la toalla puede reducir la efectividad del protector solar, por lo que en ese caso siempre vuelve a repasar la zona del cuerpo que necesites.
Si lo que buscas es hidratar la piel, es más recomendable usar crema hidratante con protección, ya que con ella vas a poder conseguir la hidratación que buscas y también tendrás protegida tu piel frente a la exposición solar.
Las cremas hidratantes con protección están disponibles con distintos FPS, por lo que solo tienes que escoger la que mejor se adapte a tu piel para aprovechar sus efectos.