El
aloe vera, además de tener propiedades curativas, es una planta ideal para decorar nuestro hogar. No solo es vistosa, sino que además, aumenta el nivel de oxígeno en el aire, filtra toxinas y es muy resistente y fácil de cuidar.
No obstante, nuestro aloe puede mostrar algunos síntomas que nos indican que no progresa adecuadamente, por ello, desde
Aloe Plus Lanzarote queremos ayudarte a identificar correctamente dichos síntomas, así como darte las instrucciones necesarias para revertirlos:
• Cuando las hojas se vuelven muy delgadas y se repliegan al interior, es probable que debamos aumentar el riego. Debemos tener en cuenta que cuando el aloe vera está plantado en maceta requiere que lo reguemos como mínimo una vez al mes en invierno y dos veces en verano. Cabe destacar, que el uso de las calefacciones reseca mucho el ambiente, por lo que quizás nuestro aloe necesite un aporte de agua extra.
• Cuando las hojas tienden demasiado a la verticalidad es muy probable que los retoños (en caso de que existan) estén absorbiendo parte de los nutrientes que necesita la planta madre, de modo que habría que transplantarlos. Más aún, podría deberse a que la planta está recibiendo muy poca luz, en este caso bastaría con ponerla en un lugar más soleado.
• Cuando las hojas se doblan formando pliegues se puede deber a tres opciones: exceso de agua, que la planta está en su fase de reposo, o bien que la planta necesita estar en exterior durante una temporada para ser expuesta al viento y que sus hojas se fortalezcan.
• Cuando el color de las hojas se oscurece, y hasta se enrojece, se debe a una defensa natural de la planta ante el exceso de luz. En este caso, podríamos dejarla algunas horas al día en interior o trasladarla algún lugar donde reciba sombra durante el día.
• Cuando aparecen manchas en las hojas puede deberse al flúor que contiene el agua del grifo, por lo que se aconseja usar siempre agua filtrada.
• El exceso de fertilizantes, de riego, demasiados retoños junto a la planta madre y una maceta inadecuada pueden provocar que la planta crezca de forma muy lenta. Para saber cuál es la maceta adecuada, debemos seguir la siguiente fórmula: ½ de la longitud de las hojas. Todavía más, si usamos fertilizantes conviene cambiar la tierra una vez al año.
• Al aloe vera le pueden aparecer parásitos, uno que podemos ver a simple vista se presenta en forma de polvo blanco. Para prevenir la aparición de estos parásitos es recomendable limpiar las hojas de la planta con un paño humedecido en agua.
Por último, pero no menos importante, te recordamos que la planta debe alcanzar la edad adulta (3 ó 4 años) para que podamos usarla y beneficiarnos de todas sus propiedades. Si nuestra planta no fuese madura aún o no quisiéramos cortarla, siempre podremos recurrir a nuestros productos puros: nuestro
gel puro de aloe vera para la piel y nuestro
jugo puro para tomar.